De todos es sabido que las urgencias veterinarias son consultas caras, pudiendo costar hasta tres y cuatro veces más que la consulta normal.
Por ese motivo, aquellos veterinarios que renuncian si no a todo a una gran parte de sus honorarios, merecen nuestro aplauso y reconocimiento.
Y aunque hablamos de los favores que ofrecen a las protectoras de animales, otros tantos hacen extensible esta colaboración a fundaciones y asociaciones que ofrecen animales de compañía o guía para personas discapacitadas u otras ong de diversa índole.
Muchos de estos veterinarios no dan publicidad a este tipo de colaboraciones, y dudamos que el colaborar de este modo les reporte más clientes, pero sin duda si dice mucho sobre su solidaridad en lo que hoy han querido denominar como "responsabilidad corporativa".
El mayor de nuestros respetos para estos profesionales.
